Entre 2008 y 2012, aproximadamente, España vivió un ‘boom’ de la venta masiva de productos financieros complejos por parte de la banca a cientos de miles de consumidores sin conocimientos financieros avanzados. El escándalo de las participaciones preferentes y la deuda subordinada alcanzó cotas mayúsculas de alarma social, ocasionando también un aluvión de demandas judiciales contra la práctica totalidad de la banca española.
En Actora Consumo advertimos a los consumidores de que esto podría volver a pasar, puesto que la banca sigue vendiendo productos de ahorro complejos a los consumidores. Repasamos algunos de ellos:
- Bonos y obligaciones simples: Son deuda de la entidad que los emite. Su rentabilidad viene fijada de antemano y se paga a través de cupones. Su rentabilidad y riesgo dependen de la calidad crediticia del emisor, del plazo de tiempo que ‘tengamos’ el producto y del tipo de interés.
- Obligaciones subordinadas: Es un producto parecido a los bonos simples, pero en caso de suspensión de pagos o quiebra el derecho de cobro del consumidor está detrás del de los acreedores comunes.
- Cédulas hipotecarias: Son un producto financiero que podríamos calificar de ‘mitad’ depósito y ‘mitad’ bono. En teoría el consumidor recuperaría lo invertido más el tipo de interés acordado. Se trata de un producto ligeramente arriesgado y complejo, puesto que debe venderse en un mercado secundario como el AIAF (en el que se venden productos complejos como las preferentes) en caso de necesitar el dinero antes de la fecha de vencimiento.
- Bonos convertibles: Dan al cliente la posibilidad de canjearlos por acciones de una empresa. Los intereses se pagan a través de cupones, de manera periódica.
- Pagarés: La entidad que los vende solo promete pagar al vencimiento del producto. Es, simplemente, una promesa, ya que el ahorrador sólo tiene como garantía la ‘palabra’ de la empresa en cuestión.
- Fondos de inversión: Es un producto que une su rentabilidad a la de un grupo de varios activos financieros, como por ejemplo acciones de varias empresas, deuda pública, evolución de materias primas en los mercados,…
El consumidor debe tener claro que ninguno de estos productos está cubierto por el Fondo de Garantía de Depósitos, que cubre únicamente los depósitos y cuentas corrientes en caso de quiebra de una entidad de crédito, y hasta 100.000 euros por titular.
Mucho cuidado con la letra pequeña de los productos financieros
Además con la rentabilidad de los depósitos bajo mínimos, la banca lleva varios años vendiendo ‘depósitos estructurados’, en los que una parte de la rentabilidad es fija y otra está unida a la evolución en los mercados de acciones o de algún producto financieros de riesgo.
Desde Actora Consumo aconsejamos a todos los clientes de banca que, cuando contacten con un banco para contratar un producto de ahorro lean bien todo el contrato y, si no lo entienden, contacten con nuestra asociación de consumidores.
Asimismo, los afectados por la venta de preferentes, subordinadas, cédulas hipotecarias, fondos de inversión u otros productos financieros, pueden contactar con Actora Consumo si quieren iniciar acciones legales para recuperar su dinero.