Cuando compramos un producto alimenticio, los consumidores debemos localizar en el etiquetado las fechas de caducidad o de consumo preferente para asegurarnos de que no sea un producto caducado. La fecha de caducidad advierte acerca del día límite para consumir el alimento desde el punto de vista sanitario, mientras que la fecha de consumo preferente hace referencia al tiempo en el que el producto alimentario mantiene intactas sus propiedades sin que consumirlo suponga poner en riesgo nuestra salud.
La fecha de caducidad se usa en productos altamente perecederos desde un punto de vista microbiológico, principalmente productos pasteurizados (lácteos, cremas), envasados al vacío o carnes. Su consumo, una vez caducados, puede suponer un alto riesgo para nuestra salud.
Pasada la fecha de consumo preferente la calidad del producto puede disminuir pero sin poner en riesgo nuestra salud… siempre y cuando el alimento se guarde en las condiciones de conservación adecuadas y que deben venir especificadas en el envase del producto.
La fecha de caducidad está pasada: qué hacer
Pasadas estas fechas un producto no puede ser vendido en ningún establecimiento. Si un consumidor adquiere un alimento cuya fecha de caducidad o de consumo preferente ya ha pasado, tiene derecho a que el vendedor se lo cambie por otro cuyas fechas de caducidad o consumo preferente no hayan pasado.
Si un productor, distribuidor o comerciante vende un producto pasado de fecha, puede estar incurriendo en un delito contra la salud pública. Particularmente están prohibidas las siguientes prácticas:
- Venta de alimentos caducados sin etiqueta o con la etiqueta modificada. Está tipificado como delito contra la salud pública.
- Venta de alimentos caducados con etiqueta y que suponen un riesgo para la salud según la Inspección de Consumo. Se trata de un delito contra la salud pública.
- Venta de alimentos caducados con etiqueta, pero que no suponen un peligro para la salud pública. Se trataría de una infracción administrativa.
Si hemos comprado un producto caducado, u observamos que un establecimiento o un productor está distribuyendo productos alimenticios caducados, los consumidores pueden ejercer sus derechos ante las autoridades sanitarias y de consumo de la siguiente manera:
- Presentar una reclamación ante el establecimiento o el productor. Para ello rellenaremos la hoja de reclamaciones que estos deben poner a disposición de los consumidores, acudiremos a una Oficina Municipal de Información al Consumidor o a una asociación de consumidores como Actora Consumo.
- Denunciar el hecho ante la Consejería de Salud y Consumo del Gobierno de Aragón.
Es importante que los consumidores reúnan todas las pruebas de las que sean capaces en torno a la infracción: ticket de compra, fotos del alimento en las estanterías del establecimiento en cuestión, vídeos,…
En caso de haber sufrido una intoxicación alimentaria a causa de haber ingerido un alimento caducado, consultar el apartado de ‘intoxicación’ de nuestra página web.